11 de enero de 2010

Experiencias

Como siempre, voy a hablar de la forma más personal posible, dando sólo mi punto de vista por lo que probablemente cada uno de vosotros pensará diferente a mí.

Hay tres tipos de experiencias que vivimos (los que tenemos esa suerte) a lo largo de nuestras vidas.


Están las experiencias fugaces (vease fiestas o viajes) de las que podemos escuchar frases del tipo de, tengo ganas de que mañana todo haya acabado y lo hayamos pasado de arte. Son esas experiencias que vives, que mola vivir pero que no van más allá de un par de recuerdos puntuales.



Por otro lado están las experiencias ojalá(vease convivencias, camino de Santiago, o cosas más largas como vivir en residencia) con las que siempre que terminamos tenemos una sensación parecida. Me gusta esto muchisimo pero quiero volver a mi vida. En la mayoría de las ocasiones nos gustaría tener un poco de estas experiencias en nuestras vidas, para defendernos quizás, de nuestro día a día, pero tienen una fecha de caducidad considerablemente corta y nos aportan más o menos dependiendo de con quien lo pasemos.


Por último está la experiencia Erasmus que para el que no lo haya vivido se quedará en una simple "experiencia ojalá" pero que va mucho más allá. No es algo de lo que quieras volver así como así, es algo que realmente echas en falta. Creas vinculos y momentos que te llenan indescriptiblemente.


En esta lista me faltán los cambios de ciclo pero, como aun no he vivido ninguno importante (el primero me llegará cuando me ponga a trabajar, creo...) no puedo hablar de ellos

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