24 de octubre de 2010

Apostasía sindical

Dicen los que se declaran ateos y anticlericales que el Es­tado no tiene por qué financiar a la Iglesia y que ésta debe autofinanciarse. Y muchos, apuntándose a esta moda, hacen incluso apostasía de la religión católica. Están en su derecho, faltaría más; pero con ese planteamiento, cabe pre­guntarse: ¿por qué los que nos declaramos políticamente ateos tenemos que financiar con nuestro dinero a los sindi­catos afines al Gobierno? ¿Por qué no se autofinancian ellos con sus feligreses? Este año, recibirán del Estado 18 millones de euros más, que servirán para que ¡300.000 liberados! (li­berados de todo trabajo, se entiende) sigan viviendo sin dar ni golpe. ¿Por qué en la Declaración de la Renta no se pone una casilla para recaudar voluntariamente ese dinero? Hay una diferencia: mientras el dinero que recauda la Iglesia se emplea en ayudas al necesitado, el que reciben los sindi­catos que se llaman obreros (yo los llamaría zánganos) es para que ellos sigan mamando de la ubre. Invito a los verda­deros trabajadores a declararse apóstatas sindicales, y que la cuota que paguen la empleen en ayudas humanitarias.


ANTONIO BRAVO
MADRID