6 de diciembre de 2015

Adviento 2015

De todas las épocas que se celebran en la Iglesia Católica el Adviento es sin ninguna duda la que más me gusta. Todas las épocas tienen un punto de esperanza porque el Cristiano, al fin y al cabo, es una persona que sobre todas las cosas, espera (con ambos significados del inglés, "hope" y "wait"). Pero el Adviento es esa parte del año en la que esperamos la llegada de Jesús.

Tristemente no siempre llega, o mejor dicho no siempre le aceptamos cuando llega; pero cuando abrimos nuestros corazones, cuando esperamos con confianza y amor, llega y de qué manera.

Cuando llegue la Navidad todas las Iglesias estarán llenas de gente que se acerca a ver el "espectáculo", pero durante estas cuatro semanas tu parroquia está llena de esperanza... Y de amor, y de paz, y de tolerancia, y de Fe.

Para terminar os dejo con mi oración más favorita de todos los tiempos.

¡MIRA QUE ERES LOCO!

Nos han dicho que quieres volver a nacer otra vez.
Mira que eres loco, ¿eh?
¿Pero no ves lo que somos y lo que estamos haciendo?
Y, sin embargo, Tú quieres venir.

Ya no sé si con tu gesto testarudo de volver cada Navidad estás pretendiendo decirnos algo: Que el cielo está siempre abierto, que hay estrellas para guiar nuestros pasos, que hay ángeles humanos a nuestro lado, que podemos hacernos tiernos como niños, que el mundo puede ser nuevo, que Dios es Padre y Madre en nuestro desconcierto...

Que nadamos en abundancia mientras hay hermanos, nuestros y tuyos, que sufren hambre de pan, de cultura, de libertad, de cariño, de dignidad...
Que tenemos un mensaje que se llama Evangelio que todavía no es Buena Noticia para todos, porque nosotros lo desvirtuamos y malvivimos.

Que tenemos miedo de vivir y cerramos nuestro corazón a los hermanos.
Que nos preocupamos mucho por nosotros y nos justificamos ante ti dando limosnas.
Que no sabemos compartir, y que Tú sigues encontrando nuestras puertas cerradas...

Si es así, Jesús,
ven a nuestras casas esta Navidad.
Ven a nuestra ciudad,
ven a nuestra parroquia,
ven a nuestro grupo.
Ven a nuestro mundo.
Y ven, antes que nada,
a nuestro pobre corazón.

5 de agosto de 2015

El primer gran paso

Hace la friolera de tres largos años que escribí este artículo de-Matalascañas-Massachusets, y por fin puedo decir que he dado el primer gran paso en aquello que prometía allá por Junio del 2012.

Para los que no lo sepáis, llevo algo más de un año convalidando mi (paupérrimamente valorada) titulación de Óptico-Optometrista de España para convertirme en Optometrista (sí, a secas) en Reino Unido. Empecé a mover hilos recién terminado el Máster del Centro Boston, pero oficialmente he estado viviendo allí desde septiembre del 2013.



Este es "El primer gran paso" porque por fin puedo decir que soy optometrista de Reino Unido, para ser más precisos, habilitado y autorizado para trabajar en Lothian (Edimburgo). Y por eso la capital de Escocia es desde hace ocho meses mi nueva vivienda.

Escocia tiene algunas cosas malas, casi todas relacionadas con el clima, pero una infinidad de sitios y momentos maravillosos relacionados con sus paisajes y habitantes. Glasgow ha sido un verdadero hogar para mí, hasta tal punto que me ha hecho querer seguir viviendo a sus alrededores, y Edimburgo está siendo hasta ahora el sitio perfecto para seguir avanzando.



Cuando se escribe sobre uno mismo, se tiende a exacerbar las cosas buenas y a obviar las malas. Pero siendo justos, no tengo muchas cosas malas que decir de la experiencia que llevo vivida. El camino ha sido más o menos arduo por el tema de llevarme 26 años "viviendo de la renta", pero el destino al que con orgullo puedo decir que he llegado, me hace muy feliz.

Para los que me veáis por la calle, si me notáis incluso más sonriente de lo normal, lo anteriormente comentado es el motivo absoluto de ello. Estoy feliz.




24 de febrero de 2015

Sus últimas uvas

Son muchas las cosas que pensamos que habíamos hecho de otra forma cuando ya no tenemos a nuestro lado a las personas que queremos. Quizás, solo quizás, le habríamos dicho más veces que la queremos, que con una sola de sus sonrisas alimenta la nuestra durante meses; le habríamos dado muchos más besos al despedirnos, e incluso habríamos pasado esos últimos 5-10 minutos que "no tenía nada que hacer" a su lado. Habríamos superado la pereza para levantar el teléfono y hacer una llamada de cortesía más... ¿De cortesía? Más bien de cariño, de amor, de aprecio, de respeto.
Respeto por la fuerza, la lucha y la entrega. Por querer más que nadie, por aceptar sus miedos, por seguir luchando hasta el último día.

El 10 de enero fue uno de esos días especiales, y es que ese día se fue al Cielo mi abuela María.

Si la hubiésemos conseguido convencer para que se sentara en una silla de ruedas, le podríamos echar la culpa a eso, podríamos decir que como dejó de moverse, eso se la llevó por delante; pero lo cierto es que el día 2 de enero estaba comentando que había puesto "un lavao" y que iba a cenar jamón y un poco de "lomo en caña".

Habrá mucha gente que te echará de menos, eso seguro, desde el abuelo, por el que rezaremos y al que tendremos que apoyar incesantemente; la tita Mari, que tenía una parte importante de su día ocupado y animado alrededor de la abuela; a mi padre, al que tantos años llevo viéndole pasarse a hacer una visita a "su casa"; el resto de la familia, esta enorme familia, que tantas nocheviejas y momentos inolvidables han compartido contigo... Y yo, yo también te echaré de menos. Cuando vuelva por Pilas me faltará una de las pocas personas que hacían que se me encogiera el corazón cuando me iba. Nunca lo entendiste, y aceptabas a regañadientes cuando te decía que estaba haciendo aquello que me hace feliz, "con lo bien que estarías aquí, llevando a tu abuelo al sindicato y dándole una vuelta por las tardes a estos dos viejos".

De esas cosas que supongo siempre recordaré, es esa abuela que disfrutaba escuchando mis historias incluso cuando ya casi ni te enterabas y que cuando paraba a tomar aire, total como no te estabas enterando, me preguntabas algo totalmente diferente...

TE ECHARÉ DE MENOS ABUELA.

PD: Escrito el mismo día que me dieron la noticia como tributo, podéis acusarme de pasteloso y sentimentaloide si queréis.