8 de octubre de 2009

La Rosa y El Sapo

Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. .... Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Está bien, si así lo quieres. Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa: y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. -Le dijo entonces: Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó?La rosa contestó: Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual. El sapo solo contestó:Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.

Moraleja:

Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos mas que ellos,más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada.
Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie.
No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes.
No hagamos acepción de personas, por su aspecto. Dios creo con el mismo amor a la rosa que al sapo.

Felicidades María!

3 de octubre de 2009

¡Por tu sonrisa!


No quiero que esto sea un articulo demasiado emotivo, ni tan siquiera que se nos empañe la mirada cada vez que leamos esto, pero no puedo pasar por alto en el blog este fin de semana.

Al igual que José Manuel (el que será siempre nuestro cura) esta tarde decía en la misa, yo quiero resaltar la sonrisa que SIEMPRE nos ofrecía Maria Elena. Nos entregaba su cariño y su simpatía pero, además, se entregaba ella.

Siempre estaba en el coro, intentando hacernos cantar incluso cuando, ya con la edad de los gallos, era humanamente imposible que esas canciones salieran bien si alzabamos la voz por encima del susurro.

En el colegio era la Señorita Maria Elena y todos sabíamos que si te tocaba habías tenido un montón de suerte.

Y los miles y miles de recuerdos que todos almacenaremos siempre en nuestras memorias seguirán tan vivos como ella en todos nosotros.

Descansa en Paz.